lunes, 31 de enero de 2022

La perversión

 Asisto diariamente a una lluvia de incoherencias dentro del campo educativo, en donde los protocolos se sobreponen a las necesidades de las personas.

Las adolescencias se encuentran en un estado liminal per natura que se ve aumentado por la incertidumbre que abruma la realidad social actual derivada de la pandemia. La juventud ha visto en las redes sociales la única salida a una realidad del todo compleja y que no les acompaña sino que les señala incluso. Pigem, en su libro Pandemia y Postverdad, afirma que nuestro mundo no es perfecto, pero es un  mundo feliz, al menos en apariencia, en el escaparate, en el anuncio, en el selfie, en el yo que se exhibe a través de las redes sociales. Esto ha acelerado el interés por estar en el otro lado, por la relación a través del espejo y ha generado una realidad muy complicada realmente. Alumnado que no sabe qué le pasa, ataques de ansiedad, no reconocen sus deseos, no toleran la frustración pensando que se puede eliminar a golpe de click...

No se puede entender lo que está pasando cuando además la confusión, las teorías científicas, las conspiraciones y las interpretaciones libres corean a diario en cualquier lugar. Ni imaginar lo que eso supone en la mente de una persona joven, que está construyéndose por dentro, donde la falta de referencias claras está generando mucho daño. 





Resposabilidad 0

Me siento aturdido ante tanta hipocresía que maman nuestros alumnos, hijos, sobrinos, nietos... Las aulas están llenas de personas que me mu...